La llegada de inmigrantes al
espacio urbano tiene, entre otras consecuencias, impactos sobre el volumen de
la población, y su estructura
demográfica, de la ciudad en la que se asientan.
Pongamos el caso del municipio de
Málaga. Entre 2003 y 2010 el número de extranjeros empadronados en el municipio
pasó de 17.920 a
47.796, aumentando la tasa de extranjería del 3,23% al 8,27%, respectivamente.
Un aumento notable, pero que situaba a este conjunto de población aún como muy
minoritaria en el conjunto de la ciudad. No obstante, como el número de
empadronados nacionales descendió en algo menos de 7.000 personas en ese mismo
periodo, resulta que el aumento de población de Málaga en esos siete años se
debió en exclusiva a la llegada de inmigrantes extranjeros. Por tanto, a
consecuencia de la inmigración internacional a la ciudad la evolución de los
contingentes demográficos municipales cambió de signo. Sin embargo, la
estructura por edad de la población malagueña ha venido determinada, en los dos
años, por las características correspondientes a los españoles, dada la
desproporción existente entre ambos grupos.
Sin embargo, si atendemos no a lo
ocurrido en el conjunto de la ciudad, sino que nos detenemos en los barrios
individuales, la situación es mucho más heterogénea. En la siguiente tabla se
muestran las diferentes dinámicas experimentadas por los barrios malagueños,
definidas a partir de la evolución de los contingentes de españoles y
extranjeros entre 2003 y 2010.
Fte: Natera y Batista, 2012.
En ella puede observarse que nada
menos que en un total de 49 barrios la población aumentó exclusivamente gracias
a los extranjeros, al tiempo que en otros 130 el número de inmigrantes foráneos
se incrementó, aunque las pérdidas de población española no pudieron ser
suplidas por aquellos, con lo que la población total descendió. En otras
palabras, en la mitad de los barrios malagueños se produjo un proceso de
sustitución de la población española por extranjera (dinámicas de aumento con
extranjerización y disminución con extranjerización). Un impacto más que
notable, si se tiene en cuenta que esta población no llega al 10% de total.
Pero también la estructura por
edad de los barrios se ha visto modificada. En 57 de los 323 barrios malagueños
la llegada de extranjeros ha supuesto un proceso de rejuvenecimiento, y, en el
otro extremo de la escala, su llegada ha implicado un envejecimiento en otros
15. En total, los foráneos han sido capaces de afectar la estructura por edad
del 22% de los barrios malagueños, un impacto, una vez más, muy notable dada la
comparativa exigüidad de sus contingentes totales, contingentes que, como
arriba indicamos, no han sido determinantes en la evolución de la estructura de
la población a nivel municipal.
Estos hechos muestran la importancia
de realizar estudios a nivel inframunicipal acerca de los impactos “locales”
que tiene la llegada de población foránea, puesto que, tal y como hemos visto,
pueden quedar enmascarados cuando nos contentamos con el nivel de resolución
espacial municipal.
Para saber más:
-Bayona I Carrasco ,
J. (2008): El impacto de la inmigración extranjera en la estructura demográfica
de las ciudades. El caso de la ciudad de Barcelona y su área metropolitana. Arquitectura, Ciudad y Entorno, 3, 8, 119-142.
-Carvajal Gutiérrez ,
C. (2005): Incidencia de los extranjeros en la estructura por edad de los
municipios de Málaga. Cuadernos
Geográficos, 36. 185-198.
-Natera Rivas, J.J., y Batista Zamora, A.E. (2012): Impacto
de la población extranjera en la evolución y la estructura por edad de la
población del municipio de Málaga. Anales de Geografía de la Universidad
Complutense, 32, 2. 323-344.
http://dx.doi.org/10.5209/rev_AGUC.2012.v32.n2.39723