viernes, 23 de octubre de 2015

La reputación del barrio.

          La entrada de hoy está dedicada a una cuestión relacionada con la diferenciación residencial, y que tiene especial influencia sobre alguna de sus consecuencias: la reputación del barrio. La reputación hace referencia a la imagen que tienen los habitantes de la ciudad sobre un barrio, pero también al significado, y a la estima, que dicho barrio suscita. Así las cosas, la reputación es algo socialmente construido a partir de información de los medios de comunicación, de experiencias –personales o no-, y de factores físicos y estructurales fácilmente observables a simple vista. Una información que no siempre tiene por qué ser precisa, ni corresponderse con la realidad actual del barrio: pensemos que la mala reputación de un barrio permanece en el tiempo aún cuando los factores –sociales o ambientales- que la propiciaron hayan desaparecido.
         ¿Cuáles son estos factores que inciden en la conformación de la reputación de un barrio? Los físicos –trama urbana, tipología constructiva, estado de conservación y limpieza- son muy importantes, puesto que son los más fácilmente perceptibles: los barrios con mayor densidad tienden a tener una reputación más baja que los que presentan densidades bajas, con amplios espacios abiertos; los resultados de actos de vandalismo, la deficiente conservación del mobiliario urbano, también bajan la reputación del barrio. Pero también los factores sociales pesan mucho en la conformación de la reputación del barrio. El estatus socioeconómico de su población –percibido a través de las características físicas del barrio- es muy importante, como también la presencia de determinados grupos sociales, considerados por los residentes de la ciudad ya sea como no deseables o como pertenecientes a una determinada élite.
          Dado que la reputación es algo socialmente construido, parece razonable diferenciar entre dos tipos de reputación: la interna, referida a la imagen que tienen del barrio sus propios habitantes, y la externa, que es la que tienen de ese mismo barrio el resto de habitantes de la ciudad.
          La reputación interna se basa en un conocimiento preciso de las características del barrio: al fin y al cabo, sus residentes lo conocen bien, son capaces de construir microjerarquías en su interior (qué plaza es mejor, por qué calles es seguro transitar, etc.). El nivel de reputación interna tiende a ser superior al de la externa, puesto que los residentes se encuentran en un barrio que, al menos, les resulta aceptable para vivir o, en el peor de los casos, sus residentes podrían mostrar una especie de adaptación psicológica a su situación, a través de la cual puntuarían a su barrio relativamente bien porque es lo mejor que pueden conseguir.
         En cuanto a la reputación externa, se basa en una información mucho menos abundante y unas experiencias más escasas. En consecuencia la visión del barrio sobre la que se construye suele estar considerablemente simplificada, estableciéndose fronteras muy gruesas, y exagerando las diferencias entre barrios. Esta reputación externa es la que estaría detrás de las respuestas que un no residente daría a otro no residente a preguntas típicas del tipo ¿es seguro ir allí? o ¿qué tipo de gente vive allí’?
          Como en la entrada del mes que viene veremos, la reputación del barrio es importante para la población que reside en él, puesto que la reputación del lugar donde se vive tiende a hacerse extensiva a sus habitantes, contribuyendo a la aparición de estigmas territoriales.

Para saber más:

Cortés, Susana (2008): "Vergüenza de vivir donde vivo: ideas para una re-conceptualización espacial de la segregación residencial socioeconómica".  Abir. Revista de Antropología Iberoamericana, 3:3. pp.419-445.
Pan Ké Shon, Jean-Louis (2007): "Residents' perceptions of their neighbourhood: disentangling dissatisfaction, a French survey". Urban Studies, 44:11. pp.2231-2268.

Permentier, Matthieu, Van Ham, Maarten, y Bolt, Gideon (2008): "Same neighbourhood... different views? A confrontation of internal and external neighbourhood reputations". Housing Studies, 23:6. pp.822-855.

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