Los últimos supervivientes.

 En la entrada de hoy os quiero mostrar un par de ejemplos de negocios, de tiendas, que pueden considerarse como "los últimos supervivientes" de un tejido comercial que, en su momento, servía a la población residente en los barrios en los que se localizaban; pero que, hoy en día, y en virtud de los cambios poblacionales que dichos barrios han experimentado, ya no cuentan con la suficiente clientela como para seguir siendo rentables, por lo que acaban cerrando. Este proceso de sustitución funcional es típico de los procesos de gentrificación y turistificación de determinados espacios urbanos, y, probablemente, sea el más evidente para el observador casual, que ve cómo los centros históricos y los barrios más turísticos de las ciudades que visita son, desde el punto de vista de la oferta comercial, prácticamente idénticos: mucha hostelería orientada al turista, mucho comercio banal, las mismas franquicias en todas partes, en fin, nada que a aquella persona mínimamente viajada le vaya a sorprender.

Bueno, los ejemplos. El primero, de la ciudad de Málaga, en concreto en Calle Granada, a fecha de 2025. Una mercería, comercio típico tradicional, que servía a los residentes, que mal que bien aún continua abierta: eso sí, en el escaparate, junto a productos propios del ramo (botones, cintas, etc.), otros orientados a la nueva clientela potencial (los más evidentes, los abanicos "tuneados"). Mercería que comparte medianera con uno de esas tiendas de comercio banal, existentes en todos los puntos turísticos de la geografía mundial, y que sólo se diferencian entre sí por el nombre de la ciudad en la que se localizan: Málaga en este caso, pero si cambiamos Málaga por Nueva York, Viena, Buenos Aires.... el producto, y el modelo de negocio, es exactamente el mismo.

El segundo ejemplo proviene de Estambul, en concreto, de la parte asiática de la ciudad, en Üsküdar, también de 2025. Como bien sabéis esta parte asiática es mucho menos turística que determinados barrios de la europea -Fatih, Sultanhamet, Balat-, y, antes de la pandemia, la inserción en los circuitos turísticos era mucho más escasa que en la actualidad. Las dos imágenes que os traigo están tomadas en Imam Nasir Sk., y son muestra de que el proceso de cambio funcional está también en marcha en el barrio. En la primera de ellas se puede observar lo que en Málaga podríamos denominar un "polvero", esto es, un negocio en el que se venden materiales de construcción, si bien a pequeña escala: losas de cerámicos para el suelo, tela asfáltica, siliconas,  piezas de baño, etc., y el sempiterno encargado sentado fuera de la tienda en su silla: una imagen ésta última también típica de Estambul.

La segunda, un poco más adelante, en la siguiente esquina a mano derecha de la imagen, contiene lo que podríamos identificar como una ferretería, en sentido amplio: mallas metálicas, herramientas, pinturas, equipo de trabajo, etc. Un par de negocios que, a la vista del proceso de reorganización y puesta en valor del barrio que se está registrando tienen su público, las reformas correspondientes al lavado de cara de las fachadas y a los cambios funcionales en el interior de las plantas bajas de los edificios necesitan de este tipo de materiales.

Y en ambos casos, estos negocios conviven con hostelería orientada al turismo: sólo hay que ver el aspecto de las cafeterías y, si vais de visita, los precios, totalmente europeos. Aquí la cuestión creería que no es si estos dos negocios van a mantenerse, sino en qué momento van a ser sustituidos por alguna cafetería, restaurante o, tal vez, tienda de souvenirs.

Dos ciudades, dos realidades similares, si no idénticas, más allá de las diferencias culturales: el resultado visible de un proceso de turistificación que todo lo homogeneiza. Es la realidad de los tiempos.